SUEÑO DE UNA TARDE DE PRIMAVERA

REPRESENTACIÓN DE "SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO": Taller de Teatro de la Biblioteca Municipal de Villar de Olalla con niñas y niños de 5º y 6º del C.R.A. "Elena Fortún"

¿Se puede soñar despierto? Cada vez estoy más convencido de que sí. Al menos eso me ocurrió el pasado día 26 de abril, sábado, a eso de las seis y media más o menos de la tarde; de repente tuve un sueño de una tarde de primavera.

           

El teatro es una fábrica de sueños, y para fabricar un sueño con el teatro hacen falta algunas cosas. Primero tienes que dejar que el sueño te pique... sí, sí, que te pique, porque los sueños tienen aguijones y lo que no puedes hacer es espantarlo, como cuando te ronda alrededor una abeja o una avispa, que das algún manotazo que otro para que se vaya... no. Tienes que estarte quieto... y claro, dejar que te pique.

            Te recorre entonces por todo tu cuerpo una especie de venenillo, la mayor parte de las veces agradable, aunque a veces también molesto, porque uno de los peores efectos que tiene es que te deja alguna noche que otra sin dormir dándole vueltas a la cabeza. Y cuando esto ocurre, el sueño se infla, sí, se infla como si fuera un globo.

            Como cada vez es más grande llega un momento que no tienes más remedio que sacarlo fuera y colocarlo en algún sitio. Además cuando sale es como una masa informe que debes empezar a moldear.

        Hay que saber muy bien dónde colocarlo porque puedes equivocarte de lugar y no resultar exactamente como lo has soñado. Y luego, hay que amasarlo bien. Despacito, con paciencia y con cariño. Dicen que las cosas despacito son mucho más difíciles, pero mucho más bonitas.

            En fin... voy a contaros todo esto pero con otras palabras para que todo el mundo lo entienda, aunque creo que no puede estar más claro.

            Hace ya un tiempo me picó un sueño que era como doble, porque este sueño era otro sueño, se llamaba Sueño de una Noche de Verano. Llegó a inflarse bastante, la verdad, pues he de reconocer que me provocó insomnio muchas noches.

           

Era tan grande ya que debía de notárseme, yo creo que la gente lo veía. Sí vamos, está claro que lo veía porque un día en la biblioteca llegaron unos niños y niñas y me lo sacaron fuera. Ellos se llaman Daniel, Irene, Adrián, Laura, Sergio, Cristina, Julia, Duna, Ruth, Abril, Alba, Juana Irene, Johnatan, Aarón, Rodrigo y Javi. La verdad que cuando salió todos nos asustamos un poco, menuda responsabilidad, pensamos, a ver cómo le damos forma a esto que además venía de parte nada más y nada menos que de William Shakespeare. Pero entonces vi que ese era el lugar perfecto donde colocar este sueño.

            Pues nada, nos pusimos manos a la obra, amasando despacito, porque como ya he dicho los sueños se amasan, y despacito mucho mejor.

            Todavía nos dio algún que otro quebranto tanto a los niños como a mí, seguro que mis ojos lo delataban alguna mañana en la biblioteca. Entonces tuve que pedir ayuda, y afortunadamente aparecieron por allí las mamás y papás de los niños, menos mal, y también otras personas: Raúl, Pauli, Gea, Mar, Luis Carlos, Rafa, Esmeralda, Teresa, Santiago y Julia, y al final nos hicimos con él.

            Y así es como este Sueño de una Noche de Verano tomó forma, una forma preciosa, como veis en la fotos, y nos hizo soñar despiertos a un montón de gente, no sé, yo creo que a unos 300 o así que nos juntamos para verlo, convertido ya en teatro, una cálida tarde de primavera.

            Por cierto... por la noche Shakespeare se me apareció en persona... y me dio un beso.

Juan José Alfaro Olmedilla

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