jueves, 13 de junio de 2019

LO ESENCIAL - Nuestro último sueño

LO ESENCIAL - NUESTRO ÚLTIMO SUEÑO

En unos puestos más altos o más bajos El Principito de Antoine de Saint-Exupéry suele aparecer entre los 10 libros más leídos de la historia. ¿Qué tiene este pequeño libro para aparecer junto a la Biblia, El Quijote, Cien años de soledad...?
El Principito es un libro muy metafórico, parabólico, simbólico, casi críptico. Parece en un principio un libro recomendado a niños, pero nos encontramos actualmente con una literatura infantil y juvenil lamentablemente tan descafeinada (no en todos los casos) que dar a leer este libro a un niño de unos 9-10 años es un gran atrevimiento, o un motivo para que ese niño no vuelva a leer en su vida. No quiero dar a entender, al decir esto, que me rinda y que un niño de esas edades no pueda leer El Principito, pero para eso tienen que cambiar primero otras cosas. Creo que de alguna manera estamos perdiendo Lo Esencial, aquello que es
invisible a los ojos, porque precisamente hoy en día la mayor parte de la información nos entra por ahí, por los ojos, y cada vez somos menos capaces de mirar con el corazón. Pero claro, para eso hace falta un poquito de voluntad, de reposo, de reflexión, de rumiar lentamente aquello que leemos o que vemos. Cosa harto difícil cuando el bombardeo es constante, machacón, compartimentado, pixelado, multitroceado y rápido, extremadamente rápido.
Necesitamos calma, dejarnos mecer, flotar,
y en una especie de Luna terrestre en la que la gravedad sea muy leve, ir descendiendo en una suave caída hasta el fondo.
Es precisamente eso, entre otras muchas cosas, lo que nos propone El Principito.
No hay tiempo hoy para soñar. Diría que hasta ya no soñamos ni dormidos, y aquel que todavía se atreve a soñar despierto es considerado idealista. Hoy la mayoría de los sueños a plena luz del día son fatuos, amputados, les han puesto un límite y nos han hecho creer que llegar hasta ahí sea ya una gran proeza y consideremos que nuestros sueños se han cumplido. Hoy soñar a lo grande es
pequeño.
No pretendo ser dogmático, ojalá tuviese yo la solución absoluta de nuestras carencias y males. Ni siquiera es mi intención situarme en un plano superior, bajarme del carro del común de los mortales y pretender estar yo solo fuera de la abocada y alocada vorágine. Pero sí que procuro ser, no ya granito, sino insignificante mota, que aporte algo diferente. Quizá mota a mota consigamos el granito que necesitamos.

Esa mota, ese sueño (con la venia...), se llama este año LO ESENCIAL. Con él hemos entrado en las entrañas de El Principito y hemos intentado desentrañárselas. Desentrañar para demostrar que entrañar no entraña tanto como podamos pensar.
Con LO ESENCIAL nos hemos parado, hemos detenido el tiempo y suspendidos, hemos mirado a nuestro alrededor para comprobar que todo corre muy veloz, que no hay tiempo para comprender, para preguntar, para responder. Que la amistad es hoy una página web y que el amor corre tanto como los tiempos. Que no tenemos tiempo para... para... ¿jugar?... ¿qué es eso?
LO ESENCIAL nos ha hecho descender hasta nuestras emociones.

No solamente nombrarlas y pasar sobre ellas como un suave pelo de pincel, sino zambullirnos en ellas, vestírnoslas, usarlas, practicarlas y actuarlas. Porque ahí, en lo profundo de cada una de ellas, pobres criaturas convertidas hoy en la simple gama cromática, es donde verdaderamente se encuentra LO ESENCIAL, aquello que es invisible a los ojos.


Como en todas las motas y sueños (con la venia...) me acompañan siempre unos "ángeles", los llevo llamando así desde hace tiempo. Ellas y ellos me provocan siempre los sueños, y luego yo, se los devuelvo envueltos en los brazos de Talía. A ellos les dedico estas palabras y les agradezco enormemente el permitirme soñar. Como siempre revoltosos, efervescentes, subidos al mismo carro que todos, del que por unos instantes, les hemos hecho bajar. Y yo espero que en esta breve parada, en este repostaje momentáneo en el que estiran las piernas para continuar el viaje de sus vidas, se hayan cargado de todo lo que aquí estoy expresando y de todo aquello que El Principito entraña.
Léanlo... no en vano es uno de los 10 libros más leídos de la historia.



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